lunes, 11 de enero de 2010

El gusto es mío..

sobre todo, el gusto por quejarme.

Me quejo del frio y del calor, del viento y el bochorno.
Me quejo del tiempo, que pasa muy rápido algunas veces; otras, muy lento.
Me quejo de los exámenes, de las fechas, de todas y cada una de las preguntas.
Me quejo de los horarios franceses (de la biblioteca concretamente).
Me quejo de lo mucho que cuestan unos pantalones, una billete de autobus o unas manzanas.
Me quejo de la lengua, porque no deja que me exprese como yo quisiera.
Me quejo ...


Recuerdo un cuento que me contaron de pequeña y del que no olvidaré la moraleja: Yo deambulo alimentándome de las hierbas que hay por el camino pero, si miro atrás, hay quien me sigue, comiendo los restos que yo dejo.


Siempre hay alguien peor que nosotros, pero en ocasiones no nos damos cuenta hasta que lo vemos con nuestros propios ojos.
Yo suelo dar consejos que luego no sigo. Lo intento, pero se me olvidan. Y depende de la situación, los recuerdo o no.

¿Un ejemplo?

Un papel, un folio en blanco. Al lado, otra hoja con preguntas. Me preocupa saber o no saber contestarlas. Me preocupa defraudar a los profesores, y a mí misma. Me preocupa no obtener un resultado positivo.
Pero luego hay gente que no se presenta, que se expresa peor que yo, que se olvida o no conoce las fechas correctas de las pruebas, ... y gente que estudia mucho, pone todo su empeño en aprobar ese maldito, condenado y detestable folio, y no lo consigue.

Entonces yo les digo: no os preocupeis, aún teneis otra oportunidad. Y un examen, no lo es todo en esta vida...

Pero a mí se me olvida...

Y me quejo.

Me quejo de gusto.

El gusto, es mío.

1 comentario:

  1. No, el gusto es mío, el gusto por leerte :)

    A veces no nos damos cuenta de todo lo que llegamos a exigirnos, y sin darnos cuenta así es como también llegamos a hacernos daño. Hay que tomarse las cosas menos en serio.

    Qué bien que estés aquí.

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